Hoy una recomendación atípica, para todos los que piensan que ver la televisión es una pérdida de tiempo y de neuronas. Es un libro títulado Everything bad is good for you (No veo que esté traducido al español, pero el título vendría a ser algo así: Todo lo malo es bueno para ti) en el que se analizan, desde un punto de vista muy didáctico y con pruebas de la reciente historia, como los videojuegos, las nuevas formas de comunicación a través de internet y los programas de televisión, lejos de atontarnos frente a la pantalla, nos están volviendo más inteligentes y están contribuyendo a agilizar nuestras mentes.
Concretamente en el apartado dedicado a la televisión, el libro explica como en un principio las grandes cadenas apostaban por hacer programas sencillos que pudieran reunir a mucha gente frente al televisor, sin grandes retos para la inteligencia que pudieran asustar al espectador y hacerle elegir otra cosa. Basta con ver alguno de los programas de mayor éxito de hace cuatro o cinco décadas, tres incluso, para sentir que estamos viendo un programa tontorrón y despertar en nosotros la pregunta de cómo era capaz de atraer al gran público, a nosotros mismos en ocasiones.
Ahora sin embargo, la narrativa ha dado un giro espectacular hacia la complicación de las tramas, pero de una forma tan sutil que el espectador apenas se da cuenta, pues la narración se compone de distintas capas, la más superficial, la sencilla, la que remite en cierto modo a aquellos programas lo más sencillos posible del principio, para captar a las grandes audiencias. Pero, detrás de esa fachada se esconden otras capas de interés, otras referencias a esa misma producción o a otras distintas que harán que el espectador más avezado y el más fiel disfrute doblemente, sin incomodar al que, por ejemplo, pasa por allí la primera vez o no presta mucha atención.
Conseguir que sean los propios espectadores los que hagan el trabajo de destapar esas capas más profundas y generen nuevas creaciones en torno a ello es la señal inequívoca de que el reto es aceptado y de que la televisión ha cambiado para bien, no solo como entretenimiento, sino como elemento dinamizador de nuestras neuronas más adormecidas.
Así contado parece realmente simple, pero el libro lo explica mucho mejor y hará de tu pasión televisiva motivo de orgullo… si además eres aficionado a los videojuegos e internet, terminarás de leer el libro con una enorme sonrisa de satisfacción.
Gracias Jesús por recomendármelo.
Suena realmente interesante. Como ex-aficionado a los videojuegos, he tenido que sufrir la incomprensión y la ignorancia en muchas ocasiones. Y respecto a la televisión, pues está claro, yo creo que series del nivel que se están haciendo ahora no las ha habido nunca.