Ayer asistí a un foro en el IE Business School en el que se debatían las nuevas formas de conseguir ingresos a través de la interactividad. En las conferencias de ayer, los ponentes me han dejado una doble sensación: por una parte la de que aún hay mucha gente que entiende internet como algo completamente independiente y separado de la producción habitual y a quienes, por tanto, les cuesta mucho trabajo encontrarle la rentabilidad y afirman incluso que la web no tiene un modelo de negocio. Por otra parte, me ha quedado claro que, hoy por hoy, la mayor parte de la interactividad, tal cual la entienden las cadenas, consiste en hacer programas de esoterismo y apuestas (aun no legalizadas en España) o Call TV. Y aquí es donde se lió.
Mientras nos presentaban las bondades del bingo en televisión, bondades demostradas en el mercado británico, se planteó la paradoja de que aquí en España no estuvieran permitidas las apuestas de este tipo en televisión, mientras que los Call TV si lo estaban, unos Call TV que podríamos calificar de estafa.
Ante esta calificación, un asistente de la sala saltó rápidamente a defender el formato, asegurando que TeleSierra si que era una estafa y como tal fue denunciada y penada, pero que los programas que hoy en dia vemos en las televisiones generalistas no tienen nada de estafa. Entre rumores de la sala, la conversación derivó hacia si nos encontrábamos ante un programa de televisión perfectamente lícito o un timo y ante la férrea defensa de su licitud por parte de esta persona, el moderador del evento optó por recurrir a la ley, que dice, en su artículo 248 del Código Penal:
Artículo 248.
1. Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno.
2. También se consideran reos de estafa los que, con ánimo de lucro, y valiéndose de alguna manipulación informática o artificio semejante consigan la transferencia no consentida de cualquier activo patrimonial en perjuicio de tercero.
Pese a la evidencia, nuestro defensor del Call TV seguía insistiendo en que no eran un timo, que no había fraude alguno y que le indignaba la comparación.
Evidentemente, habrá excepciones y habrá que saber interpretar la ley en toda su extensión, algo que a mí personalmente se me escapa. Sin embargo, tal como está escrito en la ley, a mí me suena a que nos encontramos ante una verdadera estafa, no sólo porque en estos programas dan a entender constantemente que no pasan llamadas porque no las hay mientras tienen a los espectadores que llaman retenidos al teléfono, sino por la escasa claridad de las respuestas que deben darse, en ejemplos tan claros como los de sumar monedas, que nunca resultan en un número lógico.
Sé que todos vosotros estaréis pensando mil ejemplos más, y me consta que la red está plagada de entradas muy bien documentadas sobre cómo se dan por erróneas respuestas aparentemente buenas hasta agotar todas las posibilidades lógicas. Creo que a esto solo le faltaba leer la ley, que parece encajar muy bien en la definición de fraude, le pese a quién le pese.
Aunque parezca spam (no lo es) te comento que existe un sitio (tencuidado.es) en donde diariamente recogen todos estos timos y además te explican como se llega a esos resultados imposibles.