Genial la entrada de Rafa en Antena Colectiva ayer por la mañana referida al partido de la selección española y en la que volcaba todas sus esperanzas por romper con la mala suerte que nos perseguía últimamente. Mala suerte referida a comentarios tontos de los encargados de la retransmisión de Cuatro, conexiones innecesarias con la Plaza de Colón de Madrid o constantes planos de la familia real y otras personalidades de interés en el palco, por no hablar de la publicidad insertada nada más terminar el partido y que rompía por completo con la magia del momento final del partido.
Desgraciadamente, los deseos de Rafa y de tantos otros de nosotros no se cumplieron y anoche tuvimos que sufrir, no solo la presión y cerrazón de los italianos en el campo, sino además unos comentarios insufribles de Carreño y compañía en los que constantemente se aludía a la certeza de que íbamos a enfrentarnos a Rusia en semifinales (algo propio de un forofo muy optimista, pero no de un narrador profesional), a la constante promoción de unos Sanfermines que ya sabemos serán retransmitidos por Cuatro, a constantes alusiones a la Plaza de Colón, donde todo el mundo parece estar amuermado hasta que se les menciona y lo que es peor, tuvimos que sufrir que nos robaran los mejores momentos de partidos como este: la alegría de unos jugadores que acaban de pasar a semifinales venciendo al vigente campeón del mundo, cortando para irse a publicidad durante cuatro minutos en los que todas las marcas de productos que allí salieron se ganaron el odio más absoluto de los espectadores que en ese momento aun tuvieran sintonizado Cuatro.
El canal que ha hecho de la doble pantalla su signo diferencial, que hasta en programas pregrabados como Supermodelo 2008 nos mandaban a publicidad con la doble caja para mantener la atención sobre el programa, no ha sido capaz de hacer algo así durante uno de los momentos más deseados de la afición española, faltando al respeto a más de quince millones de espectadores. La sensación que me queda es la de engaño absoluto, la de que han estado congregando gente y más gente, encantados de que hubiera prórroga y penalties, para sumar aun más adeptos a los que poder encasquetar sus malditos cuatro minutos de publicidad.
A mí me pasó lo mismo, el corte para anuncios me pareció totalmente fuera de lugar, así que me pasé a la BBC1 donde no hay anuncios y ví enterita la celebración…