¿Habría programas como El conciertazo si no existiera la televisión pública? Pues probablemente no, aunque muchas veces creo que el problema no está tanto en las audiencias y el hecho de no haya público suficiente para sustentar un programa como este en términos de ratings que vender a los anunciantes, como en la propia incapacidad de venderlos a las marcas desde otro punto de vista.
Cuando las grandes marcas comerciales se desviven por hacer campañas solidarias, por incorporar el reconocimiento de su producto en acciones de valor social y en invertir dinero, en muchas ocasiones a fondo perdido, sólo para verse asociados a iniciativas que refuercen el valor positivo de su nombre, no entiendo porque no buscar esos valores en la propia televisión, y programas como El conciertazo son de ese tipo de valores que estoy segura muchas marcas querrían suscribir.
Programas como El conciertazo no solo educan a los niños, y a muchos mayores también, en la historia de la música, sino que además reciben premios allí donde van y representan un ejemplo a seguir. Por su ubicación natural en la parrilla es de por si un programa de poca audiencia, de manera que su patrocinio por parte de una gran empresa que busque adornar su imagen de marca no debería ser tan difícil.
Todo esto viene a propósito de la noticia de que Fernando Argenta, presentador de El Conciertazo, se retira, para tristeza de los que creemos que el suyo era un gran programa. El dichoso plan de jubilación anticipada de Televisión Española no hace más que darnos disgustos.
«Programas como El conciertazo no solo educan a los niños, y a muchos mayores también, en la historia de la música, sino que además reciben premios allí donde van y representan un ejemplo a seguir.» Quizás no sea políticamente correcto, pero he decir que este programa no sé en qué educa a los niños… en la historia de la música clásica (no la historia de la música a secas), pues puede, pero educar en términos sociales amplios, lo dudo. Se lleva premios porque los mayores no dan más de si, y creen que este sería el programa perfecto para sus hijos. Pero desde la perspectiva del niño, tanta música clásica y teatrillos baratos que montan en el escenario, aburre. O al menos, a mi, me aburriría. Yo crecí viendo Dragon Ball, Los Simpson, Humor Amarillo, o los Power Rangers… Y soy un joven de 22 años socialmente equilibrado y muy educado. 🙂 Pero la gente que critica series como ShinChan y eleva a los cielos programas como El Conciertazo o Barrio Sésamo me irrita notablemente. Y todo ello no quita que Fernando Argenta haya sido un gran profesional, y que en vez de retirarse, debería probar nuevos proyectos. Un saludo de un paisano!